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domingo, 29 de enero de 2012

Retornos

Tu insistente recurrencia,
tu pasión por fallidos retornos
me atrapan en cónica hélice
donde se alternan apatía y desasosiego
en arrítmico descenso.

Si el estar y no estar se convierten
en tu rutina de castigo,
opto por la ignorancia y el olvido,
por saltar los obstáculos
en atlética tarea de afirmación
de la soledad en búsqueda.
Con fingida solemnidad declaro
mi independencia
del imperio de tus confusiones,
aun con carente convicción en los discursos.

Si el deseo deriva en dolor crónico
y se enquista tu mal curado amor,
puede que ni el pasar de los días borre
la nostalgia de la fábula  y el cuento de hadas,
pero puede que la razón dominante
imponga su ley de la cordura.
En veredicto inapelable
los sueños son culpables
de incitación a la felicidad más engañosa.
JcS

martes, 24 de enero de 2012

Sentido

Si del conocimiento y la recreación
se hace meta y no recorrido,
si los días sólo son
circunstancias accesorias para un discurrir
hacia algo inalcanzable,
quizás esto no tenga tanto sentido.
Si dormir, comer, llorar y amar erróneamente
son sólo trabas a la aprehensión de un mundo cierto
pero lejano,
si no hay contacto con lo circundante y componente,
quizás esto no tenga sentido alguno.
Si vivir se circunscribe a la fantasía,
a la descripción novelesca de los sueños,
quizás esto no tenga ningún sentido.

Pero si despierto y quiero
tocar, ver, experimentar,
sufrir los arañazos de las horas y las espinas,
si dejo los cuentos aparcados
y exprimo las imperfectas realidades,
si dejo de ser un Quijote
para ser un Sancho, hombre limitado pero vivo,
si renuncio a la poesía idealizadora
para ser unos versos tatuados,
quizás esto sí tenga pleno sentido,
donde lo dicho y por decir
ante lo hecho y por hacer se rinden.
JcS

                                                                                                                                                                     

jueves, 19 de enero de 2012

Melibea está en Madrid

Picasso, Europa, Windsor reconstruido,
[debieron dejar el esqueleto humeante, atizando los rescoldos cada nuevo día]
bajo rascacielos dispersos, hoy persigo el sol de enero,
en esta ciudad aprendiz de skyline
que no conoció a Richarson,
ni Adler & Sullivan,
que no tuvo Eiffel ni Le Corbusier
porque fue castiza,
pero tuvo Gran Vía
de Palacios, Zuazo y Otamendis
y ahora tiene cuatro patas de banco, erráticas y en fila india,
de 250 metros cada una.

En metrópoli fueron los 80 quienes la convirtieron
con movida más irreal y mítica que el vellocino de oro
después de cuarenta años de siesta intranquila
como capital de régimen, con escoriales sucedáneos,
ministerio del aire precedido de arco triunfal.
Yo de todo eso no sé nada
porque  aprendí la ciudad en los 90.
Ahora está hueca por megalomanía,
es suicida involuntaria con la soga que tendieron
los amos del presupuesto,
y remataron con el bastón de mando
en manos de la legionaria cristiana.

Aquí donde el avispero humano se dispara
en las altas horas,
millones buscamos soles de medianoche
y el asfalto y el granito  son alfombra para los pasos
de Huertas a Malasaña,
de Latina a Chueca.
Las historias de una sola noche
son incontables, como todas las ediciones juntas
de Las mil y una,
tantas que llenarían las salas de la Alejandría sumergida.
El vómito de un adolescente
adorna un muro art nouveau
donde se pervierten los autores.

Y entre Carretas, Espoz y Mina y la calle de la Cruz
los guiris se atiborran a mejillones y paellas,
mientras yo en el Melibea añoro viejos tiempos,
como si eso se pudiese hacer ya desde la treintena.
Un mural de esqueletos y desnudos
pudiera ser metáfora acertada
entre vinos, cañas
y cigarrillos, ahora, estos, de puertas afuera.


lunes, 16 de enero de 2012

Pasos y modos

Tras dos pasos ciertos,
llegan tres en falso, en la resta
el resultado negativo
implica la congelación de los amores y los amantes.
Los imperativos rotundos, concreción
verbal de la urgente exhortación de ser dos,
se rinden ante los desdeñosos subjuntivos,
expresión de la probabilidad, la condición
y parte de la duda,
de la improbable hipótesis del feliz final,
del uno solo.
“Ámame” no es lo mismo que “quizás, si me amases”,
el indicativo, la enunciación de lo real,
“me amas”, jamás fue conjugado.
La distancia entre nosotros se mide
en los pasos y los modos del verbo.
JcS

viernes, 13 de enero de 2012

Tu engaño

De ésta tu soledad plurihabitada,
donde la seducción es motor y fin constante,
haces modo de vida, tarareando y susurrando
promesas siempre por incumplir.
Tu incierto e impreciso jazz es caduco espectáculo
de whisky de estraperlo y besos, ambulante cabaret,
grotesca comedia ante la que me derrumbo y cedo
con servilismo morboso, a pesar de conocer tus trucos.
De ésta mi soledad de definición estricta
soy feligrés ferviente, de enfrentarme al propio monstruo
hago causa para el rezo y escondite, evitarte a veces finjo
en acto de falso pudor.
Que de la claridad del día, la noche sólo herede
la inercia del pasar de horas, es algo
que secretamente agradezco,
con la razón en retirada y la embriaguez en conquista.
Que de la noche herede el día un toque de music hall,
que de la mentira sublimada en febril rito
hagas cautivador placer, es tu estrategia de batalla,
ilusión a quien sólo vence el  hecho cierto del despertar.

lunes, 9 de enero de 2012

Escribir...

…a veces, muy contadas, es un grito,
gesto insólito, en paradójico contraste
con mi estúpida timidez,
residuo de adolescente tardío y lelo.
Otras veces, una íntima confesión ruidosa
bajo un anonimato de las distancias.
Al igual que mi burgués dolor de espalda,
propio de adicto de la pantalla,
me hace enderezarme buscando el alivio
y el crujir de vértebras,
cuando lo que me duelen son los recuerdos,
las personas, los afectos, los rechazos,
intento enderezar renglones,
volcar los miedos en las hojas
para que el papel absorba
lo que suda la piel de mis manos,
que al apagar el ordenador
se pierdan entre bytes, gigas y conexiones varias,
mis miserias, insignificantes accidentes
en la traslación del planeta,
y así poder interpretar de nuevo.
Entonces se alza el telón,
el bufón, vestido de actor, sonríe
al mismo público de cada día.

JcS

domingo, 8 de enero de 2012

amOrDIO

El odio, el amor,
quizá materia semejante,
cuasi idéntica formulación química
con imperceptible variación
en la disposición de partículas.
La misma sabia corrosiva
que circula por las venas,
el mismo enredo de nubes
fabricante de relámpagos.
De no ser así,
¿cómo podrían provocar dolor igual,
igual conforto, igual derroche de pasiones?
De esta indeseada y a veces negada
semejanza,
se origina la confusión en las certezas,
la desorientación de los amantes.
Odio, amor, gemelos zodiacales,
signo de doble rostro
en matemático y métrico equilibrio,
bifaz de placentero corte.
El odio es dulce,
el amor amargo,
invertir los adjetivos
no es causa
de semántico estrago.
Del amor al odio hay sólo un subatómico paso.
JcS

jueves, 5 de enero de 2012

Enero

Enero es un mes de luz directa,
reveladora.
Agonizan los cosméticos alumbrados,
embaucadores y tramposos,
liquidados por despertares bajo cero.
Los cementerios hacen su agosto,
las sepulturas se llenan de ancianos,
de abrazos diplomáticos,
de deseos mutilados por la lucidez
que fue silenciada en diciembre.

Si de comienzos se trata,
renacer del frío que se enquista en los huesos,
sentirse hipotérmicamente vivo,
no requiere más que de la cuenta atrás del doce.
A partir del golpe de reloj
todo es creciente
menos la noche y el calendario
al que vamos desnudando
sin lascivia, con nostalgia,
con la resignación irreverente de los niños.

Enero es un mes acuñador de verdades:
de la verdad de las intenciones,
de las dimensiones ciertas de la verdad,
de la verdad adornada con mentiras,
de la mentira construida
con medias verdades.

Todo en enero es concebible,
desde la blancura afilada de la nieve,
hermosa y altamente fracturadora,
al verano adolescente y enamoradizo
en otro extremo del mundo.
Enero es un mes que nunca
compartiremos
porque habitamos
latitudes y grados dispares.
JcS