son altamente volátiles,
las infinitas bondades sí conocen un límite.
Todos los conceptos absolutos
son ceniza en la puesta en escena,
no son mentiras, son engaños
con su oportuna dosis de teatro.
Por eso, consciente de la trampa, aspiro a ser
adicto a los extremos,
aunque prometa, protocolariamente,
bajarme en la estación intermedia.
[No es verdad que el acróbata
busque el equilibrio sobre la cuerda.
Perturbado y romántico
está obscenamente encaprichado del peligro,
no lo dice, lo suda en las alturas.
La pértiga es sólo una distracción
para que no podamos descubrir el plan
oculto en su rictus.
Lo que desea es saltar,
abrazarse a sí mismo en el vacío,
la pirueta insuperable y última,
eso sería el verdadero espectáculo]
la calma chicha,
pero fingiéndome despistado me la salto
para llegar al final de línea,
al borde del azotea,
a disfrutar del vértigo.
JcS
No se que les parecerá al resto, ni tan siquiera si existirá el resto.
ResponderEliminarMe da igual.
A mi me ha gustado mucho redoble incluido.
un abrazo.
Precioso, incluso aceptando que se base en el manido tema de transporte por railes carece de importancia. Deja de ser manido para ser nuevo en tu poema.
ResponderEliminarEnhorabuena, y aunque te bajes en la intermedia no deja de ser cierto que te gusta disfrutar del viaje hasta el final
Pulgares arriba!