y un caminar sobre vidrios rotos.
De la sinceridad obtuve
el abrazo y el consuelo
aplazado por años.
En una danza del desencuentro,
en un febril letargo de
débil fauno,
en un caminar por laberintos,
perdí el conocimiento de mí mismo,
rocé la locura y la extinción.
Del origen, de la mano que acaricia y acuna,
recobré la confianza y la guía.
Del equivocado manejo del tiempo
de los nudos y las inexactas cábalas
surgen las trampas,
la errónea aritmética
del fingir y la representación.
Del caos emocional,
del torrente de versos
nacen la libertad y la plenitud,
la religión del hombre auténtico.
JcS
Paladeo el poema y me demoro en esos últimos versos. Me ha gustado.
ResponderEliminarEl último párrafo extasia en demasía, no dejo de leer todo el poema para deleitarme en él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esas cuatro finales lineas recogen la escencia de lo que busco.
ResponderEliminarTremendo!
Saludos
elegante, placentera y honda tu lectura, como siempre. Un abrazo
ResponderEliminarY entre ambos extremos nos debatimos diariamente. Impresionante.
ResponderEliminarQue buen poema Julio, la tercera vez que me paso para leerlo y cada vez lo disfruto más.
ResponderEliminarPor cierto a tu avatar le han salido colores.
Un abrazo.
"Del caos emocional,
ResponderEliminardel torrente de versos
nacen la libertad y la plenitud,
la religión del hombre auténtico."
Leyendo mi último poema creo que te habrás dado cuenta que ésa es mi premisa primera. Ya sabes los motivos por los cuáles estuve ausente este tiempo. Ni bien me ponga al día con todos los blogs, te estoy escribiendo. Extraño nuestras charlas mi querido amigo :)