Camino,
Madrid no tiene fin.
Madrid no tiene fin.
Deseo abarcarlo todo,
que cada esquina, cada calle, cada paso sobre el asfalto,
quede marcado en el mapa interior.
Y de Madrid no es nadie,
y la ciudad se ofrece a todos, como puta generosa,
consoladora de soledades,
mecenas de artísticos excesos.
Madrid con cuatro gatos,
con cinco millones.
Agujero negro,
que absorbe todo,
que mezcla todo y lo escupe recubierto de jugos ,
renueva cada historia, cada nuevo día.
En Madrid hay ejecutivos de traje sucio,
obreros de manos limpias,
hay fascistas implacables, hay anarquistas
amas de casa, curas y chaperos
hay putas y beatas.
Y Madrid respira,
y yo respiro
para que mis pulmones se llenen de luz y ruido.
Mis venas sienten en su interior el discurrir de trenes
cargados de consumidores de oxigeno,
de depredadores del tiempo.
JcS
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