Camino, quebrado como mástil sin vela,
palo inútil al que solo dan vida los musgos
y carcomas
que llevo por medalla.
Ausente e intuido como el agua del caño en
verano.
Seco como el polvo que añora ser barro en el fondo del barranco,
anhelando transformarse de nuevo en fértil tierra.
sin un hogar al que regresar.
Vosotros que atónitos y alucinados me observáis
ya no me consideráis hijo de la tierra.
Y si antes de partir me aclamasteis como
héroe,
ahora rogáis al cualquier dios para que
vuestra memoria
sea frágil y misericordiosa,
queréis ser capaz de perdonaros mutuamente y
arrinconarme
en la inmensidad del desierto.
JcS
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