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domingo, 9 de septiembre de 2012

Disciplinas para conocerte


Si del comportamiento 
de la materia y la energía,
la mecánica cuántica
es explicación exacta,
seguro que serviría para descifrar
tus vaivenes y viajes de ida y vuelta,
tus transformaciones en el espacio
tiempo, tus múltiples dimensiones.

Si la teología sobre el dios que no conozco
es búsqueda y explicación mística,
quizás me sirva para desvelar
tus misterios últimos,
epistemología de tu persona.

De la astronomía, 
que busca infinitos espacios,
universos ignotos,
haré herramienta para medir tu lejanía
que te coloca a años luz
de mi entendimiento.

La formulación química
puede describir
la clave de tus extrañas
combinaciones moleculares,
tus imprevisibles reacciones
a mi sustancia.

Pero es solo con la poesía,
con este brotar de letras, palabras y frases
como quiero conocerte
y que tú me conozcas.
JcS

lunes, 3 de septiembre de 2012

Rencor, verdad, olvido y cura


 












Si a la visceral guerra y rendición
de los sentimientos y el placer  
no le sucediese la reconstrucción cicatrizante
el absurdo maravilloso no tendría sentido,
ni su continuidad, sea lógica, ilógica o a medio camino,
sería posible.
Esta realidad,
plena de significados
apuntados en esquivos y seductores significantes,
tiene en el “volver a empezar”
su medicina y su promesa.
La pasión y el olvido conforman
la correcta y más humana alternancia,
lo demás,
pura cosmética barata nacida de la hipocresía
y la sonrisa falsa,
miedo a la soledad y al abandono.
De lo dicho y de lo sentido
no surge culpa ni arrepentimiento,
en el silencio está el origen de la necrosis última.
Santo, santo, santo, repite Ginsberg,
santo lo romántico y lo obsceno,
santa la verdad que hiere, sangra y cura,
santo el rencor que nace del desengaño,
santo el hombre que ve la miseria
como punto de partida.
JcS