llegan tres en falso, en la resta
el resultado negativo
implica la congelación de los amores y los amantes.
Los imperativos rotundos, concreción
verbal de la urgente exhortación de ser dos,
se rinden ante los desdeñosos subjuntivos,
expresión de la probabilidad, la condición
y parte de la duda,
de la improbable hipótesis del feliz final,
del uno solo.
“Ámame” no es lo mismo que “quizás, si me amases”,
el indicativo, la enunciación de lo real,
“me amas”, jamás fue conjugado.
La distancia entre nosotros se mide
en los pasos y los modos del verbo.
JcS
Después de leerte, tomo conciencia que vivo dando pasos en falsos.
ResponderEliminarUn beso o 2 #
brillante reflexión metaliteraria. El imperativo está de moda, a mi juicio, por influencia anglosajona. Una lástima. Un abrazo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo una reflexión cojonuda tanto como el comentario de Jota.
ResponderEliminar