Páginas

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La culpa es de Otis Redding



Sentado en el muelle de la bahía,
un embarcadero en Boston,
o puede que una tarde de noviembre en Manhattan,
esto quizás sea una película americana,
(el cielo tiene que ser gris;
nube gris, tópico, tristeza,
no nos saltemos los códigos).
Uno de los dos quiere dejarlo:
"ya no te amo".
Claramente esto es un adios.
(Everybody's talkin?,
hoy no te toca, Harry Nilsson)

...o quizás no sea así,
el cielo es azul, es junio, no noviembre,
ellos se aman,"para siempre", eso prometen.
Después, toda una noche en vela,
una habitación,
neón de colores al otro lado de la ventana.
Despierta, móntate en un taxi amarillo,
despídete en medio de Fifth Avenue,
(todo sucede siempre allí, Holly Golightly lo sabía,
gracias Mr. Capote),
date la vuelta, mira por la luna trasera
apoya la mano en el cristal, el taxi gira.
[ahora es el momento de la canción,
pulsa play si no lo hiciste ya]

Una suave brisa iría bien,
mejor mayo que junio, una playa de New Jersey,
se mueve tu pelo, ondea tu ropa, 
efecto conseguido (perfecto anuncio de perfume caro,
no, mejor, esto es una cursi peli americana).


Se oye el ruido de una estúpida moto,
y vuelvo aquí, a Madrid,
es noviembre,
aquí no hay muelles, no hay bahías,
hoy no tengo de quién despedirme.
Esto me pasa por ponerme a fantasear…

...la culpa de todo es de Otis Redding y de su forma de silbar.
JcS

2 comentarios:

  1. bello poema narrativo. La atmósfera que has conseguido encandila. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Redondo, y has salido ileso y no es nada fácil.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar