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martes, 20 de diciembre de 2011

Indolencia o fuego

Sobre el frío páramo que intuyo
debo escribir, porque mis manos
obedecen a la búsqueda de cálido consuelo.
Ahora que la nada empieza,
ahora que el poco acaba,
y de cíclicos retornos todo está estructurado,
es muy posible que se multipliquen
los argumentos para la denuncia y el cabreo.

Aún con eso, incoherentes, los átomos, las moléculas
y otros elementos de orden anímico
formantes de mi yo,
se muestran en clara disonancia
con la jacobina verdad.
Dentro de mi espíritu de vencido hombre
se elevan a potencia infinita las razones para la renuncia
por abatimiento.
Ahora que no puedo dejar de presentir
que las esperanzas son frágiles
y claramente fugitivas,
ahora que del escapismo
podría hacer defensa y excusa,
busco, por necesidad, una vez más, la posición correcta.

Dudo
entre dejar que mis venas inyectadas de nitrógeno
adormezcan el alma ciudadana, a la espera, 
indolente, de tiempos soleados,
o hacer del frío 
la causa para redescubrir el fuego.
JcS

5 comentarios:

  1. Si se tratara de mi duda optaría por redescubrir el fuego, volver a lo primitivo y calentar las esperanzas.
    Aún siendo algo deseperanzador su ritmo suave tranquiliza.
    Me ha gustado mucho. Un beso
    Pulgares arriba!

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  2. Julio, qué lindo poema! Gracias por compartirlo.

    Un beso.

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  3. he leído tus últimas entradas. Tu voz es firme ante la duda y se maneja con calidez en el terreno conceptual. Estás abonando un terreno fértil que dará lugar a brillantes conclusiones. Un abrazo

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  4. Sé que sueno pesimista, pero no creo en esperanzas, ni las tengo desde hace mucho, mucho tiempo.

    La última estrofa es impresionante. Te aplaudo. Éste es un muy buen sitio de poesía ~

    Un beso o 2 #

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  5. Lo tuyo no es un campo de barbecho.
    Gracias por tus comentarios en intemperancia, sabes que es tú barco y puedes vomitar todo lo que te plazca.
    Un abrazo amigo.

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